12/3/08

Pasión por la Pasión.


Algo ha cambiado en el ambiente. Estoy lejos de Zamora, pero si afino el olfato puedo distinguir ese olor. Ese olor a incienso y cera, a silencio, a luto, a pasión. Estamos a escasos días para que las colas de gente para ver la procesión sean interminables, para que las esperas se sofoquen con montañas de pipas, para sentir que algo se te mueve dentro cuando avanzan a paso lento tus figuras preferidas.



Zamora se convierte en Semana Santa en una ciudad diferente. Lúgubre y respetuosa por momentos, mientras las antorchas de los cofrades del santísimo cristo de la Buena Muerte templan el frío de las orillas del río. De repente se hace la oscuridad y se empieza a oir al coro cantar "Jerusalem Jerusalem".



Son cosas que valoran de verdad como algo único, realmente valioso y nuestro si has sido educado en la cultura de la Semana Santa desde pequeño. Sentir que la piel se te pone de gallina cuando escuchas la marcha fúnebre de thalberg. Estar debajo de tu paso, sentir el sudor correr por tu frente, estar rodeado por tus hermanos y de repente se acaba el fondo: "¡¡Oído lenvantamos!! cabezas arriba: uno dos y tres!". Es algo que no se puede explicar a alguien que no lo puede sentir, pero de verdad os digo que es algo de lo mejor que he sentido nunca.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si es algo de lo mejor que has sentido nunca...entonces, viva la semana santa Zamorana!!



Pasalo muy bien, nene ;)



besos!

Anónimo dijo...

Vente a las fallas. Te invito!